Al salir a diario a la calle puede observarse cientos y miles de objetos, sistemas o negocios y aquellos que más llamativos son, permiten soñar e imaginar que puede hacerse mejor.
Desde confeccionar ropa de mejor calidad, crear productos que realicen mejor sus funciones, que un sistema trabaje más eficientemente y con menos desperdicios. Todo depende de los gustos y de la afinidad que se tenga con ese nicho en particular que quita el sueño y a la que se le dedicaría todo el tiempo posible.
Una vez que se elimina del pensamiento esa discusión de pros y contras, se decide finalmente dar un paso adelante para convertirla en realidad. En ese instante hay que sentarse con mucha calma y cabeza fría para trazar un plan maestro.
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Idea+plan= realidad
Esto no es otra cosa que redactar un modelo de negocio para el proyecto. Porque en la cabeza solo pueden apreciarse los beneficios, logros y todo lo positivo de la idea, pero todo empieza a complicarse un poco cuando se necesita comunicar a los demás en qué consiste el proyecto y cómo se llevará a cabo.
En este plan debe especificarse exactamente qué área abarca el negocio, el nicho de mercado, los costes de producción, el inventario inicial, la previsión de ventas, el retorno de la inversión y todos los detalles necesarios para inspirar confianza en aquellos que llegado el momento, conozcan del proyecto para invertir en él.
Hay que pedir información
No está de más asesorarse y buscar la mayor cantidad de información posible, sobre todo en cuestiones financieras. Existen portales de Internet, páginas como el blog de financiación héroe financiero, artículos en prensa y revistas, o entrevistas con personal de bancos u otras instituciones donde se puede conseguir información acerca de la viabilidad del negocio. Hay que preguntar todo lo necesario, ya que todo ese cúmulo de información ayudará a despejar dudas y permitirá reorganizar todas las ideas de manera más coherente.
Con un plan en la mano, revisado y depurado debe plantearse acciones a seguir para inyectarle energía al proyecto. Y esto pasa por definir cuál es el tipo de financiación más conveniente, y por hacer algunas preguntas trascendentales que definirán la ruta más apropiada para conseguir los fines propuestos.
No hay que tener tanta prisa
Aquí debe tenerse en cuenta el tiempo que lleva realizar los trámites. Una financiación bancaria puede dar una respuesta rápida pero hay que asegurarse de que puede cumplirse con los requisitos necesarios.
Si el proyecto está dentro de un área en que las instituciones, ya sean públicas o privadas que quieren apoyar, se puede solicitar algún tipo de subvención, pero esta opción no siempre está disponible y requiere de algún tiempo importante para poder cumplir con todos los requisitos.
¿Con qué respaldo se cuenta?
Si se tiene algún elemento de peso que mostrar como aval al momento de la financiación, es de mucho valor en el momento de solicitar créditos bancarios, y en general como elemento de confianza para aquellos interesados en invertir en el proyecto.
¿Hasta dónde puede cederse?
Cuando la financiación se realiza con capital o inversores privados, éstos pueden solicitar algún porcentaje dentro de las acciones de la empresa para así tener algo de control sobre el desarrollo del proyecto. Esto debe hacer pensar cuánto espacio del proyecto se está dispuesto a ceder para verlo cristalizado. Si no es así, también puede optarse por una de las más novedosas formas de financiación disponible en estos tiempos, como el Crowdfunding.
El Crowdfunding se apoya en la tecnología y en las redes sociales, permite ofrecer nuevas ideas al mundo y negociar qué tipo de beneficio pueden obtener los financistas a cambio de su apoyo financiero al proyecto. En la mayoría de los casos un uso con preferencia, primeras ediciones o niveles de acceso preferente son suficientes para llamar la atención y convencer a estos ángeles anónimos de Internet de apoyar la realización de un emprendimiento.
En estos momentos donde hay tanta información, nuevas tecnologías, tendencias, redes y cantidad de recursos, la capacidad de hacer posible una idea está al alcance la mano. Solo hay que ponerse a disposición, organización y mucha pasión para que esa idea deje de ser un sueño y convertirse en una realidad que traerá alegría y mucho orgullo.